jueves, 23 de abril de 2009

¡No le pusimos título!

La idea fue crear un texto a partir de un técnica de escritura creativa que consta en que cada palabra comience con la última letra de la palabra anterior. Nos quedó así:

Entonces soy yo Osvaldo, oloroso, odontólogo,orejudo. ¡Oh! Hola, Analía. ¡Ah, hospital! Los sapos son nenes sin nariz, zaparrastrosos. Se empezó oscureciendo ojerosamente en Narnia, aspiraba azufre. Entonces se escapó osadamente entre espinas solitarias sobresalidas suavemente. Errante, emperador, rico, osado, ostentoso observa árboles sin naranjas sobre él. Lo ocultó ordenadamente en nuestro ocaso. Olor, rancio, olorete espantoso omitía aromas suculentos. Su utilidad de electrónica ayudaba a Analía a aceptar rápidamente especialistas sobre electrocardiograma.

0 comentarios: