Un hombre muerto en vida es como un vegetal en su clara oscuridad, tiene poca luz y a su vez mucha oscuridad.
El ruido silencioso como un niño ruidoso, y a la vez como un bebé silencioso.
En su habitacion claramente oscura tenía un rocío mojadamente seco que le permitía pensar que estaba preso en su libertad.
En esa casa fríamente fogosa inició una guerra pacífica contra una niña llamada Melina que terminó con una muerta vida.
Melisa Cueto y Aylén Olgiati
domingo, 18 de octubre de 2009
La oscuridad del hombre
Etiquetas:
escrituras,
poesía
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