jueves, 29 de octubre de 2009

leemos poesías....

Sombra

La sombra es un pedazo que se aleja

Caminode otrasplayas

En mi memoria un ruiseñor se queja

Ruiseñor de las batallas

Que canta sobre todas las balas


Vicente Huidobro


Nocturno 2


Debajo de la almohada
una mano,
mi mano,
que se agranda,
se agranda
inexorablemente,
para emerger,
de pronto,
en la más alta noche,
abandonar la cama,
traspasar las paredes,
mezclarse con las sombras,
distenderse en las calles
y recubrir los techos de las casas sonámbulas.
A través de mis párpados
yo contemplo sus dedos,
apacibles,
tranquilos,
de ciclópeas falanges;
los millares de ríos
zigzagueantes,
resecos,
que recorren la palma desierta de esa mano,
desmesurada,
enorme,
adherida al insomnio,
a mi brazo,
a mi cuerpo
diminuto,
perdido
en medio de las sábanas;
sin explicarme cómo esa mano
es mi mano,
ni saber por qué causa se empeña en disminuirme.

Oliverio Girondo

El papagayo

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y azafrán,
me dijo «fea» con su habla gangosa
y con su pico que es de Satanás.

Yo no soy fea, que si fuese fea,
fea es mi madre parecida al sol,
fea la luz en que mira mi madre
y feo el viento en que pone su voz,
y fea el agua en que cae su cuerpo
y feo el mundo y Él que lo crió...

El papagayo verde y amarillo,
el papagayo verde y tornasol,
me dijo «fea» porque no ha comido
y el pan con vino se lo llevo yo,
que ya me voy cansando de mirarlo
siempre colgado y siempre tornasol...


Gabriela Mistral

El picaflor

Run ... dun, run ... dun ... Y al tremolar sonoro
Del vuelo audaz y como un dardo, intenso,
Surgió de pronto, ante una flor suspenso,
En vibrante ascua de esmeralda y oro.

Fue color... luz... color... A un brusco giro,
Un haz de sol lo arrebató al soslayo;
Y al desaparecer con aquel rayo,
Su ascua fugaz carbonizó en zafiro.


Leopoldo Lugones

domingo, 18 de octubre de 2009

La oscuridad del hombre

Un hombre muerto en vida es como un vegetal en su clara oscuridad, tiene poca luz y a su vez mucha oscuridad.
El ruido silencioso como un niño ruidoso, y a la vez como un bebé silencioso.
En su habitacion claramente oscura tenía un rocío mojadamente seco que le permitía pensar que estaba preso en su libertad.
En esa casa fríamente fogosa inició una guerra pacífica contra una niña llamada Melina que terminó con una muerta vida.

Melisa Cueto y Aylén Olgiati

Naturaleza Solitaria

Ese árbol que al calor en soledad produce un ruido silencioso, transformándose en una vida muerta, llena de triste felicidad, los animales del bosque que quemados por el fuego frío de los rayos solares de ese atardecer buscan refugio en las sombras de ese tronco caído que perdió su alma, que ahora deambula presa en la libertad de la muerte.

Fernando Grippo